Duelen un poco las lecciones que nos da Dios. Queremos aprender, le pedimos que nos enseñe, que nos ayude a comprender su corazón, a seguir su voluntad, que nos rendimos a Él, morimos a nosotros. Queremos tener un corazón conforme a su voluntad como el que tenía David. Queremos tener los sueños de José o profetizar como Samuel. Queremos hablar con Dios como Moisés...
Queremos desarrollar nuestra sensibilidad espiritual. Aprender a apreciar los pequeños detalles. Absorber toda la sabiduría que Dios nos da. Entonces es cuando empiezan los golpes. ¿Quieres un poco? Pues toma buffet libre.
Luego nos enfadamos, lloramos, chillamos, pataleamos, fruncimos el ceño contrayendo el músculo piramidal, tensamos el dilatador de las fosas nasales y luego los elevadores que nos hacen mostrar los caninos, apretamos el puño derecho con tanta fuerza que nos clavamos las uñas en la palma de la mano y lo levantamos al cielo. ¡¡¿Por qué?!!
Porque así lo has querido, necio.
Llevo unos días excesivamente emocionado con el baile, me encanta, lo amo, creo que estoy tocando el cielo cuando bailo una coreografía, si tuviese que elegir 3 cosas en el mundo elegíria primero a Dios, luego el baile y probablemente después un libro de Palahniuk. Son las tres cosas que más me llenan hasta donde llega mi modesto conocimiento. La semana pasada no pude ensayar porque tuve una reunión en la iglesia (estoy en el grupo de baile de mi iglesia), ayer estuve hablando con una amiga que baila bastante y muy bien por cierto, sobre baile, coreografías, viendo vídeos y aún me entraron más ganas de bailar, pensaba yo que menos mal que no tenía que esperar casi para volver a bailar pues al día siguiente (hoy) ensayaría. El día de hoy llegó y me he pasado todo el día pensando en el baile. Por la mañana estuve en el gimnasio y después de mi entrenamiento aproveché para meterme a la sala de aerobic y ensayar un poco delante de los espejos. Nivel de flipe: rojo oscuro de sangre venosa. Llego al ensayo y resulta que vamos a ir con la gente del grupo de alabanza (los músicos) a orar y cantar juntos antes de empezar, así que de 19.00 pasamos a las 20.00, me gusta pasar tiempo con Dios, me encanta, pero yo quería bailar. Vamos a la sala de ensayos y dice la líder del grupo que sólo vamos a ensayar 30 min porque todavía no tenemos un baile en el que centrarnos y algo más que no me acuerdo. El alma a los pies, ahí donde posteriormente planté una y otra vez mis suelas durante esa pequeña fracción de hora. Ensayamos y se me da bien al principio, pero al final ensayamos otro baile que no controlo mucho y no soy capaz de seguir los nuevos pasos, piedra sobre piedra voy cargando mi mochila. Y acabamos. Vuelve a hablar la líder y dice que no tenemos ensayo el próximo martes(o el siguiente, pero vamos, es lo mismo)... podría haberlas cogido de yeso en vez de granito así con ésta última piedra no tendría que ir a gatas hasta casa...
Evidentemente lo tengo que soltar, me cuesta guardarme las cosas últimamente y se lo digo al final, que vaya movida esperar toda la semana para luego estar tan poco, que ha sido muy bueno lo de al principio y es verdad que es super importante, pero que el cuerpo pedía baile. Que Dios nos hace luchar con temas clave, y me despido diciendo "it was cool today, short, but cool". No me lo podía callar, maldita verborrea. Camino al tren primero y luego a casa, cabizbajo y aleatoriamente mirando al cielo y preguntándome una y otra vez por qué Dios mete mano en las cosas que más nos importan. Evidentemente respuestas llegaban a mi cabeza cual flashes de paparazzis y ahí me veía hace dos fines de semana diciéndole a Dios que le entregaba todo en mi vida, que le hacía mi máxima prioridad. ¿Con qué cara te quedas cuando te das cuenta que te enfadas porque Dios te está enseñando un punto clave que dabas por asumido como correcto? Yo y mis ansias de bailar, oh la danza de las musas celestiales... es baile para Dios... pero cuando se enfrentan Dios y danza pierde Dios... ¿qué tipo de lógica sigue eso? Creo que todavía tengo la marca de sus cinco dedos en mi mejilla. Sorry Lord, I surrender.
Queremos desarrollar nuestra sensibilidad espiritual. Aprender a apreciar los pequeños detalles. Absorber toda la sabiduría que Dios nos da. Entonces es cuando empiezan los golpes. ¿Quieres un poco? Pues toma buffet libre.
Luego nos enfadamos, lloramos, chillamos, pataleamos, fruncimos el ceño contrayendo el músculo piramidal, tensamos el dilatador de las fosas nasales y luego los elevadores que nos hacen mostrar los caninos, apretamos el puño derecho con tanta fuerza que nos clavamos las uñas en la palma de la mano y lo levantamos al cielo. ¡¡¿Por qué?!!
Porque así lo has querido, necio.
Llevo unos días excesivamente emocionado con el baile, me encanta, lo amo, creo que estoy tocando el cielo cuando bailo una coreografía, si tuviese que elegir 3 cosas en el mundo elegíria primero a Dios, luego el baile y probablemente después un libro de Palahniuk. Son las tres cosas que más me llenan hasta donde llega mi modesto conocimiento. La semana pasada no pude ensayar porque tuve una reunión en la iglesia (estoy en el grupo de baile de mi iglesia), ayer estuve hablando con una amiga que baila bastante y muy bien por cierto, sobre baile, coreografías, viendo vídeos y aún me entraron más ganas de bailar, pensaba yo que menos mal que no tenía que esperar casi para volver a bailar pues al día siguiente (hoy) ensayaría. El día de hoy llegó y me he pasado todo el día pensando en el baile. Por la mañana estuve en el gimnasio y después de mi entrenamiento aproveché para meterme a la sala de aerobic y ensayar un poco delante de los espejos. Nivel de flipe: rojo oscuro de sangre venosa. Llego al ensayo y resulta que vamos a ir con la gente del grupo de alabanza (los músicos) a orar y cantar juntos antes de empezar, así que de 19.00 pasamos a las 20.00, me gusta pasar tiempo con Dios, me encanta, pero yo quería bailar. Vamos a la sala de ensayos y dice la líder del grupo que sólo vamos a ensayar 30 min porque todavía no tenemos un baile en el que centrarnos y algo más que no me acuerdo. El alma a los pies, ahí donde posteriormente planté una y otra vez mis suelas durante esa pequeña fracción de hora. Ensayamos y se me da bien al principio, pero al final ensayamos otro baile que no controlo mucho y no soy capaz de seguir los nuevos pasos, piedra sobre piedra voy cargando mi mochila. Y acabamos. Vuelve a hablar la líder y dice que no tenemos ensayo el próximo martes(o el siguiente, pero vamos, es lo mismo)... podría haberlas cogido de yeso en vez de granito así con ésta última piedra no tendría que ir a gatas hasta casa...
Evidentemente lo tengo que soltar, me cuesta guardarme las cosas últimamente y se lo digo al final, que vaya movida esperar toda la semana para luego estar tan poco, que ha sido muy bueno lo de al principio y es verdad que es super importante, pero que el cuerpo pedía baile. Que Dios nos hace luchar con temas clave, y me despido diciendo "it was cool today, short, but cool". No me lo podía callar, maldita verborrea. Camino al tren primero y luego a casa, cabizbajo y aleatoriamente mirando al cielo y preguntándome una y otra vez por qué Dios mete mano en las cosas que más nos importan. Evidentemente respuestas llegaban a mi cabeza cual flashes de paparazzis y ahí me veía hace dos fines de semana diciéndole a Dios que le entregaba todo en mi vida, que le hacía mi máxima prioridad. ¿Con qué cara te quedas cuando te das cuenta que te enfadas porque Dios te está enseñando un punto clave que dabas por asumido como correcto? Yo y mis ansias de bailar, oh la danza de las musas celestiales... es baile para Dios... pero cuando se enfrentan Dios y danza pierde Dios... ¿qué tipo de lógica sigue eso? Creo que todavía tengo la marca de sus cinco dedos en mi mejilla. Sorry Lord, I surrender.