Fuera del hogar

lunes, noviembre 05, 2007

Me empiezo a dar cuenta últimamente que no es tan idílico eso de vivir fuera del país natal. Que todos los conceptos preasumidos como obligatorios, regulados hasta el punto de formar parte intrínseca de nuestra forma de entender la vida, a veces, no están ahí para agarrarnos y tirar fuerte de nosotros para sacarnos de la ciénaga en que estamos metidos. Que por mucho que el avance de la globalización, de vez en cuando, nos haga sentir en casa cuando vemos un McDonald's en Hong Kong, botes de galletas saladas Gullón en un supermercado de Estocolmo, tomates de Alicante y Murcia en EEUU, al presidente de Ghana vistiendo de traje y corbata como un ejecutivo más de la zona de Azca o a las japonesas vestidas al estilo punk de tu hermana pequeña, aún así no te vas a expresar de la misma forma que en tu idioma nativo. Tu colega no te va a entender completamente cuando hables de ciertos temas porque el contexto en el que has crecido no es exactamente el mismo y le faltará ese capítulo de Barrio Sesamo. Vas a echar de menos cómo la temperatura y la luz permiten que la gente socialice hasta horas tardías del día en la calle, mientras los perros corren unos detrás de otros, las bandadas de pájaros crean formas geométricas bajo el territorio de las esponjosas nubes y los niños juguetean con el agua de las fuentes mientras las madres les vigilan atentas y risueñas.

En economía se considera la unidad familiar la más básica, en términos de consumo, por ser la institución indivisible más pequeña. Aparte de la justificación en materia de decisión y demás objetivos económicos, huelga decir que es nuestro punto de apoyo más fuerte después de Dios.
Somos poco o nada sin ella. Ya sea la familia hacia arriba o hacia abajo en el árbol genealógico, va a ser la que soporte nuestras lágrimas de frustración y las de felicidad, nuestros enfados, nuestras sonrisas, carcajadas... Son también los que irán a por paracetamol, ibuprofeno, y vendas a la farmacia cuando no puedas ni levantarte de la cama ya que el dolor te ata a ella como cadenas a una cama de torturas. Les contarás lo acontecido durante tu largo y cansado día, mientras ellos te escuchan atentos con una sonrisa en la cara, aún a pesar de que tu historia no se diferencia más que en un par de ínfimos detalles de la de ayer. Apoyarás tu mejilla sobre sus rodillas y llorarás desconsolado porque el mundo no te entiende...

Y teóricamente eres uno más pero realmente estás en desventaja social. No eres uno de ellos. Ellos lo sienten y tu también. Da igual lo bien que te lleves con ellos, los buenos ratos que paséis, lo feliz que te sientas en momentos puntuales, el subidón de moral que te produce ser de vez en cuando el centro de atención, lo precioso que te parezca el atardecer y lo sublime que te parezca el telón celeste cuando la luna refleja una luz ténue, suave y pálida sobre la hierba que pisas y las plantas que te rodean, y las estrellas, tan lejanas y majestuosas en brillo y tamaño (cuando tu mente alcanza a atisbar un ápice de proceso racional), conforman ese "carro" y demás diversas formas que te hacen recordar que esa gente que tienes en tu corazón puede ver lo mismo en ese instante. Todo da igual. Pero todo es relevante.


Demasiadas veces uno tiene que experimentar en su propia piel lo que otros gritan desde lo alto de un collado antes de encontrarle sentido alguno. Mi lección de hoy es probablemente de las más pisadas de la historia.
Home Sweet Home.

posted by danifres at 20:23 | Artículo |

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Comments for Fuera del hogar
Juas... a mi me entro morriña solo el 1º dia... que fue mas que nada un, "ke leches hago yo aki?" Luego la verdad... ke la melancolia kedo desterrada hasta mi vuelta a casa... ahora tengo morriña de akello:S

Te entiendo perfectamente. Y me encanta lo que escribes. Saludos.

ya me contaste el otro día ya...

eh gracias, me animas, 1 saludo

es lo que dice esteban, te quedas sin rumbo al principio pero luego te mola y al final al volver echaras de menos cosas de ahi. A mi me pasa con EEUU y con GB ahora que estoy aqui.

si, pero el problema es que idealizamos una y otra vez lo que dejamos de tener, en cuanto lo recuperamos nos damos cuenta que nada vuelve a ser igual

Nombre:
Lugar: Estocolmo, definitivamente, Sweden

Buen rollo


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