Notas que tus estudios van bien, que tienes éxito con la gente, que te escuchan, que eres una VOZ y que empiezas a acumular conocimientos básicos para el desarrollo de nuevos pensamientos y soluciones. Piensas que eres un arma. Una Magnum 44 preparada para destrozar la cabeza de cualquier transeúnte que ose robar el bolso de aquella viejecita que a duras penas consigue subir el bordillo de la acera. Crees en la justicia, en los derechos, en la bondad y en la capacidad de ayudar al igual ante la necesidad. Sigues acumulando conocimientos y experiencia, eres un sabio y como tal decides irte a una villa apartada a cuidar de tu docena de ovejas y tu huerto, mientras disfrutas de la compañía de tu mujer, tus hijos, tus folios en blanco y la pluma transmisora de todas esas buenas ideas que harían de éste, nuestro mundo, un lugar años luz mejor que el actual. Con suerte, alguien con gran iniciativa y carisma pondrá en práctica un 3% de tus ideas en un futuro más o menos cercano y eso es suficiente para tu estúpida satisfacción personal.

Let me tell you something... ya en el siglo I antes de Cristo, un gran pensador llamado Marco Tulio CICERÓN, tenía algo que decirte después de darte una sonora colleja:

“Pero aquellos a quienes la naturaleza concedió aptitudes y medios para gobernar, dejando todo titubeo, deben tratar de obtener las magistraturas y el gobierno del Estado, de otra forma no podría regirse la República, ni manifestarse la grandeza de ánimo.”, Sobre los deberes, Cicerón.

Ahora personalizo aún más mi experiencia y de nuevo, Cicerón, me responde a mi pobre razón para no estudiar el tema apocalíptico bíblico, "¿qué mas me da? cuando pase, que pase, ¿que gano sabiendo algo que no puedo saber?, ¿por qué perder el tiempo para no obtener soluciones, o al menos no estar seguro de ellas?"

Dish, ahh, me duele la nuca, ¿qué?

“Para todas las cosas antes de que puedan emprenderse hay que prepararse con toda diligencia.”, Sobre los deberes, Cicerón.