Cuestión de autoestima y prioridades

sábado, enero 26, 2008

Es curioso. Cuando pensaba que los 25 iban a ser mis años clave. Mis años cumbre. Mi brillo en su máxima expresión. Mi situación en órbita. Mi posición en el mundo como alguien. Un estado de gracia y éxito... me encuentro en la recta final de mis 24 con la menor autoestima de mi etapa post-adolescente. No sólo lo pienso yo, sino que uno de los amigos que mejor me conoce dice que es evidente. Yo, danifres, el de la autoestima titánica, "Dani no way", resulta que ahora tengo pies de barro. Muchas variables a mi alrededor moviéndose cual mosquitos en una cena veraniega entorno a la mesa. El problema es que estos mosquitos no son comunes dípteros. El problema es que desde mi perspectiva quijotesca, son elefantes africanos los cuales usan sus orejas a modo de alas. A 3 asignaturas y un proyecto de conseguir mi licenciatura. A teóricamente 4-5 meses de encontrar y comenzar mi primer trabajo a tiempo completo en el que desarrollar mi carrera profesional. En un país "extraño", sin el apoyo directo de mis padres al que estoy acostumbrado. Sobre una red social de amistades nuevas que hacen que los nexos sean más finos de lo habitual aunque brillen tanto o más que los otros. Mi intención de desarrollar vida en un entorno donde no soy capaz de entablar una conversación básica con los autóctonos monolingües. La sensación frecuente de que merece más la pena escuchar a la gente ya que no te suelen entender o no les suele interesar lo que tienes que decir. ¿Qué más da lo que intentes?, si no dices más que tonterías. No tienes nada que ofrecer. Sólo vanidad y eso no es más que aire.
Estás entrando en tu madurez, tienes todo en tu mano pero no tienes nada. Qué más da porque nada importa... o casi nada... porque conoces la Verdad. Porque sabes que hay un Dios ahí arriba sublime, todopoderoso, gobernador del mundo, misericordioso, justo, bondadoso, veraz y sobre todo derramador de amor. Porque dice en su palabra:

2 CORINTIOS 12:9-10

Y me ha dicho: Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona
en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré mas bien en mis
debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte.

ISAIAS 40:29-31

El da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Los muchachos se fatigan y se cansan; los jóvenes flaquean y caen;

Pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas
como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.


Entonces ahora que soy débil soy fuerte en Cristo. Porque cuando me faltan las fuerzas y las situaciones parece que me superan, es cuando su poder se hace más evidente. Porque me arrodillo ante Él y clamo. Porque le abro mi corazón y lucho en la fe que me hace ver el final. Porque el reino de los cielos se ha acercado y no podemos desfallecer mas es el momento de tomar nuestras armas y salir a la batalla. Hay una guerra espiritual en este mundo lo reconozcamos o no, y o luchamos o moriremos por las flechas del fuego cruzado. ¿Que estoy fantaseando? ¿Que me han dominado la inocencia, credulidad y locura? Bien, indaga en los más profundo de tu corazón, sé sincero contigo mismo, ni siquiera lo verbalices. Clávalo en la pared blanca de tu entendimiento.


posted by danifres at 19:48 | Artículo | 5 Comentarios