Nuevas lecciones

viernes, octubre 26, 2007

No quiero que este post sirva de motivo de orgullo sino que se convierta en un ejemplo claro para los demás de cómo empezar a escuchar a Dios y seguir su voluntad incluso cuando parezca que no tenga sentido.

Ayer empecé una nueva clase en la universidad llamada "Project Control". Una asignatura, en principio, muy interesante donde aprenderé a gestionar tiempo, recursos humanos y calidad en los proyectos. La clase es parte de un Máster en gestión de proyectos y está compuesta por gente muy dispar. Estudiantes de India, Ghana, Suecia, España, Irán, China, Pakistán, Georgia... con una profunda experiencia en proyectos, estudiantes sin ninguna experiencia pero con ciertos conocimientos previos, sin ellos, gente que trabaja actualmente y se le hace muy complicado tener reuniones personales y votan por la opción de reuniones "online", adultos que han dejado un año su trabajo para estudiar y luego empezar su empresa, alumnos humildes y alumnos prepotentes... todos ellos reunidos para dilatar su conocimiento en la materia.

Pulsando el botón de adelantar la película véis en la pantalla ciertas imágenes estáticas a modo de presentación fotográfica de lo ocurrido entre el principio de la clase y el punto que voy a desarrollar (con tecnologías anteriores lo que veríamos serían 4 franjas horizontales y grises y el avance fluido en la pantalla ). Vemos una foto de la gente presentándose. Otra de la profesora hablando con un powerpoint a la espalda. Otra de un grupo de alumnos fuera del aula aparentemente socializando. Nuevamente una foto de la profesora y al fondo alumnos reposando su barbilla sobre la palma abierta de sus manos. Otra foto de alumnos en una especie de salón, con bandejas en las mesas y cubiertos en las manos, algunos incluso con vasos. Una nueva foto de la clase, ahora hay menos alumnos, algunos tienen los párpados cubriendo un 30% de la superficie vista del globo ocular, otros reposan sus cabezas en los cómodos sillones de la sala. Foto de alumnos con abrigos y saliendo del edificio.

He conocido a un chico de Ghana que ha estado estudiando arquitectura cuatro años en Dinamarca, ha venido esta mañana desde el país vecino para la clase de hoy y la de mañana que finalmente no tenemos. Su billete de avión es para mañana. Va a ir a buscar alojamiento a algún "hostal de jóvenes" a las 16.00 en Suecia. Viste rapero y es negro, por lo que automáticamente me había caído bien. Le digo que lo tiene chungo, que se la ha jugado. Punto en contra para mi, si hubiese sido de otra etnia o nacionalidad difícilmente habría acontecido lo siguiente. Le doy mi móvil y le digo que si tiene problemas que me llame, que tengo un par de colchones de sobra en mi habitación y podría venirse. No quiero invitarle diréctamente sin más, tampoco le conozco, y no me apetece. Pero algo me impulsa a ofrecerle ayuda. Dt 10:18-19, Is 1:17, Job 31:19...

Me voy a casa y mi compi de piso está de fiesta con colegas españoles. Me piro al gym (sin móvil). Vuelvo y siguen de fiesta. Muy buen rollo, mola, buena gente. Una llamada de él. Lo intuía. Me vuelve a llamar, dice que ha buscado por tres sitios y nada, ya es tarde, le digo que se venga, que no problem y que si le apetece salir de fies que nos vamos luego un rato. Claro que le apetece. Ya le había dicho qué estación de tren, así que como hay que andar hasta ella 10-15 min y no me apetece, le digo cómo venir en autobús y que pregunte. Me llama al rato. Está aquí, me dice que está al lado de un colegio y me empiezo a rallar, ¿cómo sabe que hay un cole? si no hay señal, ¿habrá llegado aquí o se ha ido a Getafe? Le digo que bajo y le busco. Por el camino voy pensando en preguntarle si ha cenado o no, para comprar algo de cena y tal. Me siento orgulloso de mi. Estoy haciendo una buena obra, ya empiezo a luchar en mi interior sobre contárselo a la gente o no. DANI, "el salvador del mundo". Llego a la calle y no le veo, por ninguna parte, desaparecido, crece el temor en mi. Le llamo, "tio!, dónde estás? ves un hospital? Si? se llama Karolinska, que el que ves es de la cruz roja? mierda! este tio está en parla fijo" Se corta el teléfono, le llamo, le llamo, le llamo, le llamo, le llamo. Imposible contactar con él. Está en Parla, sin sitio donde dormir, le he mandado super lejos y ahora me tengo que desentender de él, no voy a poder encontrarle. Me rompo la cabeza. Éste de la derecha es mi cráneo. Doy una vuelta al colegio. Le llamo, no funciona. Cruzo y me voy al hospital. Llamo, nada. Pienso en volver a casa y lamentarme. Llamo. Digo que no, que si esto es una prueba de Dios voy a ir hasta el final, seguro que le encuentro. LLamo. Decido irme a la estación de tren. Seguro que está allí y de repente le encuentro justo antes de que coja el tren de vuelta.
Ando 12 minutos mientras oro y llamo y le pido a Dios que me ayude a encontrarle, que era su voluntad, ¿cómo siguiendo su voluntad iba a salir ésto tan mal? Llego a la estación y examino cada cara de las personas con las que me cruzo sin ningún éxito. Entro en el andén de la estación y sigo escrutando rostros mientras mi nivel de confianza va disminuyendo hasta niveles de alerta que es justo cuando llego al final del andén y el piloto de emergencia se enciende. Madre mía, soy escoria como persona, he fracasado totalmente, y emprendo mi camino de vuelta a casa por un sitio distinto. Divagando entre llamar a mi líder de celula José y preguntarle qué hacer, respondiéndome yo mismo automáticamente que no me iba a poder decir nada y pensando si debería llamar a mi compi de piso y decirle que nuestro invitado estaba perdido, que la había liado mazo, que no iba a salir y me iba a quedar lamentándome en casa en vez de salir de fiesta, emprendo mi caminar con la cabeza gacha.

Después de tanta lamentación y cuestionamiento a Dios llego a la zona donde originalmente habíamos quedado y aparece un tío entre los coches, gorra raper hacia un lado y abrigo ancho, es él, no me lo puedo creer. Después de mi odisea finalmente, gracias a Dios, nos hemos podido encontrar. Inmediatamente le doy gracias a Dios. Es increíble, se había bajado dos paradas de autobús antes de la debida (gracias al consejo de un novato autobusero) y había hecho un camino super extraño. Finalmente llegado al punto de encuentro (que no estoy seguro si sabía que lo era), había intentado comprar saldo para su móvil danés (por eso no podía llamarle) y evidentemente en Suecia no se puede. Después había intentado llamarme desde una cabina y tampoco había podido.

Podía haberme ido directamente a casa, conectarme al messenger y lamentarme a mis amigos de lo que me había pasado (lo pensé). Podría él haber contactado después de un tiempo conmigo a través del teléfono público. Pero decidí que era de Dios y tenía que luchar por ello y aunque llegué a perder la esperanza, finalmente Dios me mostró, una vez más, que sus lecciones están por encima del nivel de Harvard u Oxford.

Ref:

posted by danifres at 11:44 | Artículo | 4 Comentarios

demasiado ocio

lunes, octubre 22, 2007

Estos últimos días me estoy viendo superado por la magnitud de los temas que tengo intención de hablar. Hay demasiados temas complejos sobre los cuales necesito hacer una investigación antes de ponerme a desarrollarlos. Incluso llegado a ese punto probablemente serían demasiado extensos como para publicarlos como "posts" en un blog, quizás aburridos para la mayoría. Empiezo uno y lo dejo tras dos párrafos, empiezo otro y lo dejo tras uno.
También es probable que sea verdad la tan acertada teoría de que en cuanto más trabajo has de realizar, mayor rendimiento obtendrás y más tiempo invertirás en cosas distintas, mientras que cuando no tienes "nada que hacer", el día se hace largo y corto simultáneamente, siendo el rendimiento obtenido de un porcentaje ínfimo e irrisorio. Era consciente de que añadir una tarea nueva a nuestro día se nos hace increíblemente difícil, pero todavía no era consciente de que símplemente llevarla a cabo sería un infierno.

"Lavar los platos, joder que pereza! ya los haré después de echarme la siesta, después de ver una peli, después de mirar mi correo, después de ducharme...mañana...".

Otra de las cosas de las que me he dado cuenta es que mejor no empieces a hacer algo en lo que no crees... veis! ya me está pasando, ya estoy pensando en mandar este post al baúl de los borradores... pero un subidón en la sinfonía nº5 de Beethoven me vuelve a espabilar relativamente. No penseis que sé de música clásica, es que lo pone en el reproductor.
Supongo que la oscuridad desde las cinco de la tarde, la luz ténue y la música melancólica ayudan un poco a crear esta atmósfera, pero igualmente se podría revertir en un mar de creatividad digno de la época de ceguera y candil en el ocaso de algunos grandes escritores de la historia.
No es bueno para el hombre el exceso de ocio. Según grandes mentes es una de las razones que llevan al ser humano a cometer actos atrozmente inmorales. A la luz de mi experiencia actual, mi razón puede llegar a atisbar una ligera comprensión de ese despreciable modo de actuar. Aún siendo casual y transitorio, el estado en cuestión hace perder la perspectiva de la vida, siendo un reflejo lejano de lo que puede ser una profunda depresión en la que se camina decididamente hacia el interior de la oscura cueva sin final. Sin cantimplora, porque se beberá de los amargos riachuelos del sulfuroso interior de la tierra y sin provisiones, porque se comerá de la carne de las repulsivas criaturas del inframundo.

Y empiezo a escribir sobre sensaciones y me vuelvo a animar. Me encantan las sensaciones, pero creo que tengo que hacer algo productivo.


posted by danifres at 18:18 | Artículo | 4 Comentarios

Lecciones

martes, octubre 16, 2007

Duelen un poco las lecciones que nos da Dios. Queremos aprender, le pedimos que nos enseñe, que nos ayude a comprender su corazón, a seguir su voluntad, que nos rendimos a Él, morimos a nosotros. Queremos tener un corazón conforme a su voluntad como el que tenía David. Queremos tener los sueños de José o profetizar como Samuel. Queremos hablar con Dios como Moisés...
Queremos desarrollar nuestra sensibilidad espiritual. Aprender a apreciar los pequeños detalles. Absorber toda la sabiduría que Dios nos da. Entonces es cuando empiezan los golpes. ¿Quieres un poco? Pues toma buffet libre.
Luego nos enfadamos, lloramos, chillamos, pataleamos, fruncimos el ceño contrayendo el músculo piramidal, tensamos el dilatador de las fosas nasales y luego los elevadores que nos hacen mostrar los caninos, apretamos el puño derecho con tanta fuerza que nos clavamos las uñas en la palma de la mano y lo levantamos al cielo. ¡¡¿Por qué?!!
Porque así lo has querido, necio.

Llevo unos días excesivamente emocionado con el baile, me encanta, lo amo, creo que estoy tocando el cielo cuando bailo una coreografía, si tuviese que elegir 3 cosas en el mundo elegíria primero a Dios, luego el baile y probablemente después un libro de Palahniuk. Son las tres cosas que más me llenan hasta donde llega mi modesto conocimiento. La semana pasada no pude ensayar porque tuve una reunión en la iglesia (estoy en el grupo de baile de mi iglesia), ayer estuve hablando con una amiga que baila bastante y muy bien por cierto, sobre baile, coreografías, viendo vídeos y aún me entraron más ganas de bailar, pensaba yo que menos mal que no tenía que esperar casi para volver a bailar pues al día siguiente (hoy) ensayaría. El día de hoy llegó y me he pasado todo el día pensando en el baile. Por la mañana estuve en el gimnasio y después de mi entrenamiento aproveché para meterme a la sala de aerobic y ensayar un poco delante de los espejos. Nivel de flipe: rojo oscuro de sangre venosa. Llego al ensayo y resulta que vamos a ir con la gente del grupo de alabanza (los músicos) a orar y cantar juntos antes de empezar, así que de 19.00 pasamos a las 20.00, me gusta pasar tiempo con Dios, me encanta, pero yo quería bailar. Vamos a la sala de ensayos y dice la líder del grupo que sólo vamos a ensayar 30 min porque todavía no tenemos un baile en el que centrarnos y algo más que no me acuerdo. El alma a los pies, ahí donde posteriormente planté una y otra vez mis suelas durante esa pequeña fracción de hora. Ensayamos y se me da bien al principio, pero al final ensayamos otro baile que no controlo mucho y no soy capaz de seguir los nuevos pasos, piedra sobre piedra voy cargando mi mochila. Y acabamos. Vuelve a hablar la líder y dice que no tenemos ensayo el próximo martes(o el siguiente, pero vamos, es lo mismo)... podría haberlas cogido de yeso en vez de granito así con ésta última piedra no tendría que ir a gatas hasta casa...
Evidentemente lo tengo que soltar, me cuesta guardarme las cosas últimamente y se lo digo al final, que vaya movida esperar toda la semana para luego estar tan poco, que ha sido muy bueno lo de al principio y es verdad que es super importante, pero que el cuerpo pedía baile. Que Dios nos hace luchar con temas clave, y me despido diciendo "it was cool today, short, but cool". No me lo podía callar, maldita verborrea. Camino al tren primero y luego a casa, cabizbajo y aleatoriamente mirando al cielo y preguntándome una y otra vez por qué Dios mete mano en las cosas que más nos importan. Evidentemente respuestas llegaban a mi cabeza cual flashes de paparazzis y ahí me veía hace dos fines de semana diciéndole a Dios que le entregaba todo en mi vida, que le hacía mi máxima prioridad. ¿Con qué cara te quedas cuando te das cuenta que te enfadas porque Dios te está enseñando un punto clave que dabas por asumido como correcto? Yo y mis ansias de bailar, oh la danza de las musas celestiales... es baile para Dios... pero cuando se enfrentan Dios y danza pierde Dios... ¿qué tipo de lógica sigue eso? Creo que todavía tengo la marca de sus cinco dedos en mi mejilla. Sorry Lord, I surrender.


posted by danifres at 20:56 | Artículo | 4 Comentarios

es más fácil

domingo, octubre 14, 2007

Terremotos. Huracanes. Inundaciones. Tornados. Maremotos. Volcanes entrando en erupción.

Sangre. Sexo. Violencia. Abusos. Torturas. Terrorismo.

Brujería. Satanismo. Espíritus. Sacrificios. Magia negra. Fantasmas. Apariciones.

etc.,

Estamos muy mal acostumbrados. Somos unos niñatos irritantes. Somos el reflejo de lo que odiamos. Nah, odiar es una palabra muy fuerte, ah... vuelvo a caer en lo mismo... ah... una y otra vez... es un círculo anti-virtuoso...
Nos impactan los sentimientos, nos impactan las sensaciones y aún nos explota el pecho con las fuertes. Somos producto de la tercera ley de Newton. Maldita ley de acción y reacción. Bendita a su vez. Hagamos una reverencia a las paradojas, reinarán mientras dure nuestra existencia.
Amo las sensaciones, amáis las sensaciones. Somos esclavos de nuestras más sinceras y bondadosas disposiciones. Son las Dalilas que nos embriagan con su perfume, caricias y susurros al oído mientras nos preguntan una y otra vez cuál es el origen de nuestra fuerza. Son la filistea en cuyas rodillas descansamos nuestro caminar mientras el portador de las tijeras del infierno acaba con todas y cada una de las fibras de nuestro entendimiento.
En el tema espiritual, éstas, son unos de los peores venenos. Sin nisiquiera entrar a valorar el tema de los fenómenos de masas porque no me apetece y porque me fastidia tanto que le tengo que dedicar varios artículos... paso directamente a la oración.
Sin duda Dios nos hace sentir. Es indiscutible. Dios está sobre todo y si las sensaciones son tan importantes para nosotros entonces las toca. El problema es que no siempre somos sensibles a ellas y aquí llega uno de los mayores problemas. Quieres hablar con Dios así que te concentras. Intentas abstraerte de la realidad que te rodea y te decides a pronunciar ya sea audiblemente o no las primeras palabras. Una palabra, otra, una tercera, lanzas la cuarta piensas en la quinta, sueltas la sexta... NADA. No siento nada. Dios debe estar de vacaciones. No es difícil imaginarse el señor entrado en años de barba y pelo blanco con túnica blanca y arito en la cabeza sentado en un sillón blanco y comiendo donuts mientras ve holy-tv, mierda de condicionamientos externos al crearnos nuestras propias imágenes de la realidad... pero de nuevo, eso es otro tema...
GRAVE ERROR. Si en mi sistema electrónico automatizado tuviese el botón obligatorio de "seta de emergencia" sin duda lo pulsaría dando un buen golpe con la parte central de la palma mi mano. ¿A qué leches aspiramos con procedimientos de tal calaña? Necesitamos asentar nuestras bases de principios y conocimientos. Saber a qué tenemos derecho, qué es indudable verdad, saber por qué hacemos ciertas cosas..., en este caso por ejemplo, tenemos que saber que Dios escucha todo lo que le digamos e incluso cumple con lo que le pedimos si es acorde a su voluntad. Ah, ¿sigues esperando una corriente eléctrica recorriendo tu espina dorsal, un coro de ángeles haciendo temblar los cimientos de la tierra, fuego en tu interior que te hace pensar que o bebes granizado o mueres de quemaduras internas de tercer grado? Madura. Tenemos un Dios accesible y más aún después del sacrificio de su hijo en la cruz. Tenemos que aprovecharlo. No es difícil, está tirado. Abre tu corazón, háblale, cuéntale tus más profundas inquietudes y preocupaciones... ¿no sientes nada? No te preocupes, aún así está ahí sentado con el cuerpo echado hacia delante, los codos en las rodillas, la barbilla apoyada en las palmas de sus manos y una sonrisa esbozada como la de aquel que está feliz porque alguien le está dedicando parte de su tiempo y disfruta con ello.




Ref:

posted by danifres at 21:48 | Artículo | 0 Comentarios

Oración

lunes, octubre 01, 2007


Es de noche, has cenado, das vueltas por tu habitación esquivando cama, mesa, silla, mesilla, lampara, pones un pie en la alfombra y el otro en el frío mármol. Ah, te gusta sentir el frío a través de tu piel, te recuerda que estás vivo, te recuerda que la vista y el oído no son tus únicos sentidos. Tienes el estómago lleno y no quieres acostarte. Vale, esa no es la razón, la razón es que tienes una tormenta de pensamientos que no te permite relajarte cuando decides tumbarte en tu lecho. Así que te sientas donde deberías estar tumbado, miras el ordenador y una serie fugaz de acciones lúdicas cruza tu mente, desvías tu mirada hacia tu mesilla de noche donde ves un libro. Es un buen libro, pero no lo suficiente para abrir sus tapas ahora. Hay una lámpara en la mesilla, es blanca pero la bombilla hace que parezca amarillenta y hay un pequeño insecto volador trazando su trayectoria con centro en el foco de luz. Miras tu pared y ves algunas fotos de amigos y familia y te preguntas qué estarán haciendo ahora, qué pensarán, cómo se sentirán, si pensarán en ti de vez en cuando...
No sabes cómo ha pasado pero estás de pie y caminando hacia la ventana. Quieres mirar el exterior, quieres saber qué hay más allá. Quieres atisbar el horizonte y descubrir un mundo nuevo, agradable, cálido, lleno de bondad y sabiduría. Quieres que lo que hay más allá de la ventana te abrace, te acaricie, te escuche, te comprenda, te aconseje, te apoye, te ayude y te resuelva dudas.
Entrecierras los ojos con el objetivo de poder enfocar mejor pero no hay forma, lo único que ves es a tí mismo, tu silueta, eres tú. Son tus problemas, son tu incapacidad de mostrar afecto, es tu maldad, tu sordera, tu incomprensión, tu inutilidad como apoyo... Te ves reflejado y tu reflejo te ve a ti que te estás viendo reflejado mientras tu reflejo te mira... y la comunicación se pierde en esa "cinta de Möbius".

Creo que a veces cuando hablamos con Dios nos pasa algo parecido. Cuando creemos que estamos hablando más allá, realmente estamos hablando con nosotros mismos. Sí, Dios nos escucha, pero nuestra comunicación no va dirigida a él sino que retorna una y otra vez a su origen. Nos estamos hablando a nosotros mismos, un placebo usado a lo largo de la existencia del ser humano y en cualquier tipo de religión o no religión. Si nuestra verdadera intención es comunicarnos con nuestro Padre creador, el Nombre sobre todo Nombre, el Alfa y la Omega, tenemos que enfocarnos en Él y en su santidad y olvidarnos totalmente de nosotros. Tenemos que apagar la luz para no ver más nuestro reflejo en el cristal sino a través.






posted by danifres at 20:23 | Artículo | 2 Comentarios